Desde hace mucho, se sabe que las sumidades floridas del cannabis resinoso cuentan con gran cantidad de componentes medicinales. Sin embargo, esa no es la única parte de la planta que se utilizaba para fines terapéuticos. Las raíces de cannabis también proporcionaban alivio a varias dolencias en culturas tradicionales.
La primera mención de las cualidades curativas de las raíces de cannabis data del año 77 DC, según el naturalista latino Plinio el Viejo describe en Natural Histories.1 Desde ese momento, herboristas y médicos utilizan las raíces de cannabis no solo en Europa, sino también en muchas otras regiones, que se extienden desde China hasta Argentina. Las raíces del cáñamo eran valiosas para tratar una gran cantidad de afecciones, como fiebre, infecciones, gota, artritis, dolor de articulaciones e incluso hemorragia posparto.2
Los científicos están comenzando a reconocer las propiedades curativas de las raíces de cannabis, las cuales, durante mucho tiempo, se ignoraron tanto en el ámbito de la investigación como en la práctica de la medicina moderna. Las raíces no contienen aceites esenciales aromáticos ni cannabinoides, como tetrahidrocannabinol (THC) y cannabidiol (CBD), que se encuentran concentrados en el diminuto tricoma glandular de la planta en los capullos de la flor. En cambio, las raíces están infundidas con otros componentes que pueden tener aplicaciones terapéuticas significativas.3
En este artículo, examinamos dónde comienzan a fusionarse la ciencia más reciente y la evidencia histórica.
Inflamación
Las raíces de cannabis tienen alto contenido de triterpenoides como friedelina y su derivado, la epifriedelina. Ambos compuestos abundan en la naturaleza y se conocen por tener excelentes propiedades antiinflamatorias.4-7
La friedelina se encuentra en muchas plantas, como cítricos y rododendros, como también en algas, líquenes, carbón y cera mineral. Además, la friedelina está presente en alcornoques y en la corteza de los robles.8,9 Junto con varios otros compuestos en las raíces de cannabis, la friedelina demostró una potente actividad antiinflamatoria en experimentos in vivo, ya que redujo edemas e inflamaciones en cualquier área del cuerpo donde se probó.10
Históricamente, con el fin de focalizarse en la inflamación extremadamente activa, se administraba la raíz de cannabis como una preparación tópica, seguida de una extracción o decocción de agua hervida. Este método de extracción involucra hervir material de la hierba o planta y disolver los componentes químicos para crear una tintura, un emplasto o un té. La decocción se refiere al líquido resultante, que se puede aplicar a la piel o consumir internamente.
Existen varios informes sobre el uso de las raíces de cannabis como un tratamiento para la inflamación. El primero se remonta al siglo XVII en Culpeper’s Complete Herbal por el médico y herborista inglés Nicholas Culpeper.11 En 1640, otro botánico inglés, John Parkinson, describió el cáñamo como “frío y seco” y recomendó “una decocción de la raíz para enfriar la inflamación de la cabeza o cualquier otra parte del cuerpo”.12
Esta propiedad antiinflamatoria de enfriamiento fue confirmada por el Dr. William Salomon en sus notas personales (1710) y el Dr. Robert James en el libro Pharmacopoeia Universalis (1747). Más adelante, lo hizo Husain Khan, que escribió un texto persa sobre medicina en el siglo XVIII: “un emplasto de la raíz y las hojas hervidas se utiliza para tratar inflamaciones y curar dolores neurálgicos”.13,14
Dolor y quemaduras en la piel
En una concentración menor, las raíces de cannabis contienen monoterpenos, como carvona y dihidrocarvona, que principalmente muestran efectos analgésicos.15 La carvona y dihidrocarvona son los monoterpenos que proporcionan a la hierbabuena su aroma distintivo y regulan el receptor ionotrópico TRPM8, que es sensible al enfriamiento y el dolor.16 La actividad antinociceptiva de la carvona se confirmó en varias pruebas in vivo, y es por ello que actualmente se está estudiando el aceite esencial de hierbabuena, que contiene hasta un 70% de carvona, como un tratamiento para la osteoporosis.17
Otros compuestos identificados en raíces de cannabis incluyen esteroles como Beta-sitosteroles, campesterol y P-hidroxi-trans-cinamamida, que se probaron in vivo y, además, mostraron una actividad analgésica significativa.18
Informes históricos indican que se administraban raíces de cannabis de manera tópica para tratar gota y artritis, generalmente al extraer los compuestos de la raíz en agua hirviendo. [2] Durante el Renacimiento, el médico francés Francois Rabelais descubrió que “la raíz de cáñamo, hervida en agua, relaja los músculos y alivia la artritis, los dolores de gota y el reumatismo”.19 A principios del siglo XVIII, el médico inglés William Salmon escribió que “la decocción de la raíz de cáñamo alivia los dolores de la gota, ayuda con tumores sólidos, contracturas en articulaciones, calambres y contracción de tendones y alivia el dolor de ciática en la cadera. Se debe aplicar todos los días”.20
Las preparaciones de cannabis, que se hacen al moler la raíz cruda en un jugo y mezclarla con grasa, se utilizaban de manera tópica para aliviar quemaduras en la piel. [2] En 1542, Leonard Fuchs, un médico alemán, escribió lo siguiente sobre el cáñamo: “la raíz cruda, molida y envuelta, es buena para las quemaduras”.21
En 1640, Parkinson describió al cáñamo como “frío y seco” y, además de recomendarlo para inflamaciones, descubrió que “la decocción de la raíz y el jugo fresco mezclados con aceite o mantequilla son buenos para aplicar sobre cualquier parte del cuerpo que haya estado expuesta al fuego”. [12] Y, en 1758, el autor francés Mercandier escribió acerca del cáñamo en Traitè du Chanvre, indicando que si la raíz “molida fresca con mantequilla en un mortero se aplica sobre quemaduras, las suaviza en gran medida y permite que, en algunas ocasiones, se regenere la piel”.22
Fiebre
Como se mencionó anteriormente, las raíces de cannabis contienen una alta concentración de friedelina, un compuesto antiinflamatorio, que también se investigó por sus propiedades antipiréticas (es decir, que reduce la fiebre). Cuando se probó en animales, la friedelina causó una reducción significativa de la temperatura corporal interna en comparación con los efectos del paracetamol, un fármaco antipirético utilizado con frecuencia. [10]
En Canon of Medicine, la enciclopedia médica del siglo XII escrita por el filósofo persa Ibn Sina (conocido como Avicenna en latín), se abordan las propiedades antipiréticas de las raíces de cannabis. Ibn Sina observa que “las compresas con las raíces de cannabis hervidas disminuyen la fiebre”.23
En Argentina, se utilizaban las raíces de cáñamo de manera tópica y oral para tratar la fiebre.24
Atención durante y luego del parto
Aparentemente, la friedelina también puede tener actividad estrogénica. Experimentos demostraron que la administración de 75 a 100 mg/kg de friedelina en ratas hembras (a las que se les extrajeron los ovarios) mejoró los parámetros del comportamiento sexual y la actividad estrogénica de los animales.25
La friedelina es uno de los principales compuestos presentes en la Cissus quadrangularis, una planta comestible que se encuentra con frecuencia en India, Sri Lanka, Java y África Occidental. Esta planta se utiliza en medicina ayurveda, medicina tradicional de la India, como un afrodisíaco.
La Maytenus ilicifolia, que se conoce en toda Sudamérica como Espinheira de santa, también contiene friedelina y es un remedio herbario ampliamente conocido por estimular la menstruación y equilibrar el estrógeno durante la menopausia. Tradicionalmente, las hojas de esta planta curativa preparadas en un té también son valiosas por sus propiedades anticancerígenas en Brasil, donde se aplican bálsamos infundidos con friedelina de forma tópica para aliviar síntomas.26
Un análisis científico sobre la friedelina extraída de la corteza del Mesua daphnifolia, un ubicuo árbol que se encuentra en Malasia, mostró actividad citotóxica en varias afecciones específicas de las mujeres, como cáncer de mama, carcinoma cervical y líneas celulares de cáncer de ovario.27
Las raíces de cannabis también contienen lignanos. Las moléculas que pertenecen a la clase de lignanos incluyen varios compuestos únicos del cannabis (del tipo A-, B-, C-, D-, E-, F- y G), que no existen en ninguna otra parte del mundo botánico. [4] Por lo general, los lignanos son antioxidantes notables que mejoran la salud, ya que actúan a través de canales antivirales, antidiabéticos, antitumorales y contra la obesidad. La similaridad estructural de los lignanos y los estrógenos de mamíferos enfatizan la posible eficacia de esta clase de compuestos para combatir algunos tipos de cáncer que dependen de hormonas y prevenir el cáncer de mama.28
Profesionales de la medicina china utilizaban preparaciones con raíces de cannabis para ayudar a mujeres durante y luego del embarazo. Para ayudar con partos difíciles, se administra raíz de cannabis de manera oral, ya sea como jugo o decocción.29
En la farmacopea china antigua (Pên-ts’ao Ching), hay referencias al uso terapéutico de las raíces de cáñamo para problemas obstétricos: “se considera que el jugo de la raíz tiene una acción benéfica para retener la placenta y tratar hemorragias posparto”.30 Otros informes de China indican que la raíz de la planta de cáñamo “disipa la estasis y restaña las hemorragias. Se utiliza para tratar hemorragias y manchas en la piel, secreción vaginal y expulsión y retención difícil de la placenta. Se ingiere de forma oral, ya sea como una decocción o de forma triturada para extraer su jugo (en su forma fresca)”.
Métodos de administración
Como repaso: existen varios métodos tradicionales para preparar la raíz de cannabis para uso terapéutico. El principal modo de administración ha sido la aplicación tópica. La raíz molida fresca, el jugo o la decocción de la raíz de cannabis se mezclaban con grasa (aceite o mantequilla) para aplicar preparaciones a base de raíz de cannabis de manera tópica.
La raíz de cannabis cruda se puede aplicar directamente luego de moler y triturar la raíz fresca para extraer sus jugos. Durante los siglos XVII y XVIII, existían muchas referencias sobre cómo usar preparaciones con raíz de cannabis con material disecado. Un informe hace referencia a mezclar raíz de cannabis pulverizada con vino.
Para ayudar con partos difíciles, se administraba raíz de cannabis de manera oral, ya sea como jugo o decocción. Como un remedio para infecciones, se administraba raíz de cannabis cruda de forma tópica, oral e incluso rectal para tratar animales.
To assist with difficult childbirth, cannabis root was administered orally, either as juice or decoction. As a remedy for infection, raw cannabis root has been administered topically, orally, and even rectally to treat animals.
Acción de las raíces
La actividad biológica de las raíces de cannabis no se estudió clínicamente, y el conocimiento de la mayoría de nuestros científicos actuales proviene de investigaciones preclínicas que involucran las mismas moléculas que se encuentran en raíces de cannabis y otras plantas. Además, las raíces de cannabis contienen pequeñas cantidades de alcaloides, principalmente cannabisativina y anhidrocannabisativina, que son exclusivos del cannabis, aunque aún es necesario llevar a cabo alguna clase de investigación básica sobre ellos. Dentro de las raíces de cannabis, también existen residuos de atropina y nerine, como también colina, que, aunque no es un alcaloide, es muy importante para la formación de acetilcolina, bicapa lipídica y señalización celular.31,32
Reflexión final: Las raíces de cannabis pueden extraer metales pesados del suelo, como hierro, cromo y cadmio. [33] Esta cualidad bioacumulativa hace que el cannabis sea una excelente herramienta para la fitorremediación (restauración del suelo), aunque debilita el uso terapéutico del cannabis, a menos que se tenga en cuenta la fuente del medicamento de manera cuidadosa. El suelo contaminado puede producir raíces tóxicas y plantas dañinas, que se deben evitar cuidadosamente.
Viola Brugnatelli es editora del diario en línea Nature Going Smart y profesora sobre terapias con cannabis en la Universidad de Padua, Italia.
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