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La ciencia moderna recién comienza a desatrasarse de la sabiduría de nuestros ancestros, que sabían mucho sobre usar hierbas aromáticas y especias para propósitos medicinales. El uso de especias para cocinar, sanar y teñir telas ha moldeado gran parte de la historia humana. En épocas antiguas estas mercancías preciosas eran comerciadas a lo largo de conocidas rutas de especias a través de Asia, el medio Este, el Norte de África y Europa. Algunas especias valían literalmente su peso en oro.

Sin embargo solo recientemente los científicos han descubierto los constituyentes bioactivos y los mecanismos moleculares de varias especias de cocina comunes, los cuales han demostrado reducir el estrés oxidativo y la inflamación modulando múltiples caminos de sanación simultáneamente. Varios estudios científicos confirman que las propiedades promotoras de la salud de varias especias son mediadas por los mismos receptores en el cerebro y cuerpo humano que responden farmacológicamente al Cannabis.

Azafrán: Tónico para los nervios

Un reporte de 2013 por científicos iraníes en Pharmacognosy Review examinó los efectos neuroprotectores de los extractos de azafrán, los cuales inhibieron la acumulación de placa beta amiloide en el cerebro de modelos animales de Alzheimer. El mismo artículo indicó que los extractos de azafrán podrían “prevenir el daño a la retina y la degeneración macular relacionada con la edad.” Un equipo de investigación italiano demostró subsecuentemente que el azafrán puede contrarrestar los efectos de la exposición a luz brillante continua en ratas de laboratorio mejorando el flujo sanguíneo retiniano. El azafrán se “conecta” con los receptores cannabinoides CB1 y CB2 para “proveer la protección retiniana”, concluyeron los científicos italianos.

Descrita como “la hierba más costosa cultivada en el mundo,” el Azafrán (Crocus sativus) es un condimento de comidas muy apreciado y un colorante natural. Cultivada originalmente en Persia y Asia Menor, esta especia legendaria proviene de una flor púrpura claro con estigmas parecidos a hilos de color naranja rojizo que contiene 150 compuestos bioactivos, incluyendo caroténidos, flavonoides y otros potentes polifenoles. Una rica fuente de riboflavina (Vitamina B2) y anti radicales libres, el azafrán tiene una larga historia de uso como medicina tradicional para tratar el cáncer, las convulsiones, el dolor de cabeza, condiciones de la piel, asma, úlceras, estrés premenstrual y otras enfermedades. El papiro de Ebers (1550BC) se refiere al azafrán como “medicamento animador cardíaco” y una cura para los problemas de los riñones.

Estudios científicos indican que el azafrán mejora el aprendizaje y la memoria inhibiendo la degradación de la acetilcolina. El azafrán mejora el funcionamiento del receptor GABA, lo cual explica en parte su eficacia como un relajante y tónico nervioso. Pruebas clínicas evaluaron las propiedades anti depresivas del azafrán y concluyeron que fue más efectiva que el placebo y equivalente al Prozac.

Cúrcuma: Polvo bendito

La cúrcuma (Curcuma longa), una planta perenne de la familia del jengibre, tiene un record seguro de 6000 años como medicina herbal, especia culinaria y colorante para telas y comida. El rizoma carnoso de esta conocida planta se machaca hasta un polvo de color naranja-amarillo profundo y se usa para sazonar en la cocina del sur de Asia. Es un ingrediente importante en la mayoría de curris comerciales así como un alimento básico de la práctica medicinal ayurvédica, la cual utiliza la cúrcuma (típicamente en combinación con otras hierbas) para tratar la indigestión, las infecciones de garganta, disfunciones metabólicas, resfriados comunes y muchas otras dolencias. Conocida como “El Polvo Sagrado de India”, la cúrcuma también es aplicada tópicamente como un remedio antibacterial y antihongos para lesiones de la piel y limpiar heridas.

La FDA, sirviente perenne de las grandes farmacéuticas, reconoce a la cúrcuma como un agente colorante de comidas pero no como una sustancia terapéutica, a pesar de más de 5600 estudios publicados revisados por pares sobre la cúrcuma y su compuesto polifenólico principal, curcumina, que documentan numerosos atributos curativos. Hay más literatura científica basada en evidencia (1500 artículos científicos) que apoyan el uso de la cúrcuma contra el cáncer que cualquier otro nutriente, incluyendo a la vitamina D. Así como el azafrán, la cúrcuma es un potente antioxidante que confiere efectos neuroprotectores a través de múltiples canales moleculares. La cúrcuma protege contra el daño cerebral inducido por el alcohol, mejora la sensitividad de la insulina y la función cardiovascular, inhibe la agregación plaquetaria y facilita la eliminación de la placa beta-amiloide asociada con la demencia del Alzheimer. Vale la pena notar que la incidencia de Alzheimer y otras enfermedades neurodegenerativas entre personas del subcontinente asiático, donde la cúrcuma es omnipresente, es significantemente menor que en Norte América.

La versatilidad de la cúrcuma como hierba medicinal se deriva en parte de su interacción con el sistema endocannabinoide, el cual regula numerosos procesos fisiológicos. En Mayo de 2012, Neurochemical Research identificó el receptor cannabinoide CB1 como un mediador del efecto antidepresivo de la cúrcuma: “Los tratamientos con cúrcuma”, dice el reporte, “resulta en una elevación sostenida… de endocannabinoides”. En Diciembre de 2013, el European Journal of Pharmacology reveló que la cúrcuma reduce la fibrosis del hígado modulando la transmisión del receptor cannabinoide.

La pimienta: Oro negro

Empleada desde la antigüedad como sazonador para comidas y cura popular, la pimienta negra (Piper nigrum) es la especia más comerciada en el mundo. Proclamada como “oro negro”, la fruta seca de esta enredadera leñosa – el grano de pimienta – fue considerada como una materia prima tan valiosa que servía como un substituto para el dinero en transacciones comerciales. Durante la edad media en Europa, la pimienta negra era un artículo de lujo que solo los más ricos podían costear. Hoy en día, es una de las especias más comúnmente usadas en el planeta.

,p>Las múltiples propiedades terapéuticas de la pimienta negra han sido validadas por la ciencia moderna. El aceite esencial de la pimienta negra reduce la ansiedad por nicotina y alivia los síntomas de abstinencia. Un antiespasmódico y anticonvulsivante, también puede reducir la presión arterial y aliviar el malestar estomacal. Se ha demostrado que La Piperina, el constituyente bioactivo principal de la pimienta negra, inhibe la proliferación de células cancerosas en modelos animales de osteosarcoma. Además, este alcaloide de la pimienta negra potencia los efectos antitumorales y apoptósicos de la cúrcuma mejorando la biodisponibilidad de la curcumina. Cuando se dan concomitantemente, la piperina y la curcumina interactúan sinergísticamente para conferir un efecto antidepresivo más poderoso que cualquiera de los compuestos por sí solos.

En adición a la Piperina, la pimienta negra contiene vitamina K, hierro y manganeso y un robusto conjunto de terpenos aromáticos, los cuales deberían ser familiares a los conocedores del Cannabis: pineno, limoneno, linalool, sabineno…La pimienta negra está particularmente bien dotada con el sesquiterpeno betacariofileno, un importante componente medicinal de muchas cepas de Cannabis. El betacariofileno es el único terpeno que se sabe se une directamente a los receptores CB2, el receptor cannabinoide que regula la función inmune, el sistema nervioso periférico, la actividad de tejidos metabólicos y otros procesos fisiológicos. La potente magia antinflamatoria de la pimienta negra está mediada por el receptor CB2. El THC también se une directamente al receptor CB2, aunque esto no es lo que hace que una persona se sienta elevada cuando consume Cannabis. Esto es porque los receptores CB2 no están presentes en un grado importante en el cerebro y el sistema nervioso central.

La nuez moscada: Refuerzo cannabinoide

La Nuez moscada (el núcleo seco de la Myristica fragrans) no activa directamente el receptor CB1 en el cerebro o el receptor CB2 en las células inmunes. Pero esta especia comúnmente usada en la cocina puede tener un poderoso impacto en el sistema endocannabinoide. Un estudio publicado a principios de este año en la Pharmaceutical Biology reportó que la nuez moscada interactúa con el sistema endocannabinoide inhibiendo ciertas moléculas clave que degradan los dos endocannabinoides principales, la Anandamida y el 2AG. Considerados como la marihuana propia del cerebro estos compuestos cannabinoides endógenos de corta vida se unen a los receptores CB1 y CB2. Esto inicia una cascada de señalización a nivel celular que protege las neuronas contra daños tóxicos (estrés) y promueve la neurogénesis (la creación de nuevas células madres en mamíferos adultos).

Dos enzimas catabólicas, la hidrolasa de amidas de ácidos grasos (FAAH, por sus siglas en inglés) y la lipasa monoglicerol (MAGL, por sus siglas en inglés) están involucradas en la degradación de la Anandamida y la 2AG, respectivamente. Dicho de una manera sencilla, menos FAAH y MAGL significa más Anandamida y 2AG. Entonces inhibiendo estas enzimas catabólicas, la nuez moscada aumenta los niveles de Anandamida y 2AG en el cerebro y refuerza la señalización de los receptores cannabinoides a través del cuerpo. La inhibición de la FAAH y la MAGL ha sido probada como beneficiosa para aliviar el dolor, la ansiedad, la hipertensión y varias condiciones inflamatorias en investigación preclínica lo que le da crédito a los usos tradicionales medicinales de la nuez moscada.

Sanadores ayurvédicos utilizan la nuez moscada como un ansiolítico o un agente reductor de la ansiedad. Pero hay reportes conflictivos del efecto de la nuez moscada en la ansiedad y la depresión – altas dosis causan una respuesta bifásica, exacerbando los desórdenes del estado de ánimo e iniciando alucinaciones. La actividad en el sistema nervioso central de la nuez moscada ha sido conocida por mucho tiempo. En un artículo en Nature (1966), Alexander Shulgin identificó a la “miristicina como una sustancia psicotrópica”. Muchos presos, incluyendo a Malcolm X antes de su conversión al Islam, han aspirado y comido la nuez moscada para elevarse. Ahora sabemos cómo y por qué la nuez moscada tiene efectos psicoactivos – estimula la transmisión del receptor cannabinoide suprimiendo las enzimas que degradan la marihuana propia del cerebro.

Medicina ecológica

Las hierbas y las especias son medicinas ecológicas. Del setenta y cinco al noventa y cinco por ciento de las poblaciones rurales del mundo aún confían en la medicina tradicional de plantas como su modo primario de sistema sanitario. Muchas plantas – no solo Cannabis – están dotadas con compuestos que interactúan directa o indirectamente con el sistema endocannabinoide. Los beneficios a la salud de muchas especias comunes de cocina están mediados por los mismos receptores cannabinoides en el cerebro y cuerpo humano que activa la Marihuana.

La investigación científica sobre los efectos de la Marihuana en el cerebro ha abierto la puerta a perspectivas de entendimiento sobre la fisiología y la biología humanas completamente nuevas. A medida que le damos la bienvenida al Cannabis de vuelta al panteón de las hierbas medicinales aprobadas, tal vez deberíamos repensar nuestras ideas acerca del sistema endocannabinoide, nombrado así por la planta que condujo a su descubrimiento, y extender sus límites para acoger una abundancia botánica.


Martin A. Lee es el director de Project CBD y el autor de Smoke Signals: A Social History of Marijuana – Medical, Recreational and Scientific. Derechos reservados Project CBD. No debe ser reimpreso sin autorización.


Fuentes


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